Por: Gustavo Adolfo Lugo Vallecilla
La Pandemia del COVID-19 viene afectando de manera desproporcionada a la población afrodescendiente en los Estados Unidos y América Latina, producto de las desigualdades raciales acumuladas heredadas del colonialismo y de la institución de la esclavitud. Las cuales han estado enmarcadas en la discriminación racial estructural y sistémica de nuestras sociedades, que llevan a las poblaciones afrodescendientes a ser tratadas como ciudadanos de segunda clase, profundizando la pobreza y las inequidades históricas de las que han sido sometidos millones de afrodescendientes en la región. (Ver: ‘Racismo estructural y el Covid-19‘)
Los reportes desagregados por etnia y raza del COVID-19 en la región, tan solo son reportados por Estados Unidos, Brasil y Colombia. En ese sentido, en Estados Unidos el 22,2% de las víctimas por coronavirus son afroamericanos, según datos publicados por la Casa Blanca, mientras que la tasa de letalidad es del doble que en el resto de la población; para Brasil, según el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud que incluye la variable étnica racial, el número de personas negras que murieron por covid-19 se multiplicó por cinco del 11 al 26 de abril al pasar de 180 a más de 930 casos.
Para Colombia, según Instituto Nacional de Salud a corte 24 de junio, de un total de 77.113 contagios, las autoridades sanitarias confirmaron que 3,793 se localizan en la población afrodescendiente, lo que representa un 4,92% de los casos totales del país. Por lo tanto, las personas más afectadas de esta población están entre los 20 y los 60 años, las cuales son las que registran los mayores casos confirmados y tiene un 20% más de probabilidad de contraer el virus por sus condiciones de vulnerabilidad.
En este contexto, estos países coinciden en tener un alto porcentaje de población afrodescendiente; de los 327.352.000 millones de habitantes en los Estados Unidos, la población afroamericana representa el 12,5% es decir, 40.919.000 millones de habitantes, mientras en Brasil la población Afrobrasilera representa el el 50,9 %, es decir 96.800.000 habitantes y Colombia según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, 2018 la población afrocolombiana representa 9,34% es decir 4.671.160 habitantes. (Ver: ‘Censo 2018: la invisibilidad estadística del pueblo afrocolombiano‘).
Además, las condiciones
de vida de esta población en estos países tienen gran similitud, por ejemplo,
la población afroamericana tiene el doble de probabilidad de vivir en
pobreza, las familias afroamericanas ganan poco más que la mitad de lo que
ingresan las blancas y en términos de patrimonio neto, los hogares
blancos son por lo menos 10 veces más ricos que de los afroamericanos, de
acuerdo a las estadísticas de 2017 de la Reserva Federal. |
En Brasil la población afrobrasilera representa el 63,7% del total de los desempleados y ganan en promedio un 29% menos que los blancos. Las estadísticas demuestran también la desigualdad en el mundo empresarial: los hombres negros ocupan tan solo el 4,7 % de los cargos ejecutivos y el 6,5 % de los puestos de gerencia, mientras las mujeres negras sólo ocupan el 0,4 % de los cargos ejecutivos, señala un estudio del instituto Ethos (2016), realizado entre las 500 mayores empresas de Brasil.
En Colombia el trabajo informal de la población afrodescendiente es del 81%, casi diez puntos por encima del promedio nacional (72%), que junto con el bajo logro educativo que se registra en 51.6% frente al 43.8% nacional; así como la diferencia superior en 1.3% de la inasistencia escolar nacional que para esta población es del 4.6%, y, el analfabetismo, con un 4.2% por encima del promedio nacional siendo para la población afrodescendiente del 14.3%, nos aportan datos que siguen marcando la diferencia significativa entre los grupos poblacionales del país, en indicadores que determinan la pobreza multidimensional de los colombianos (Encuesta de Calidad de Vida ECV, 2018).
Finalmente, este contexto muestra los desafíos en la implementación del enfoque diferencial, la lucha contra el racismo y la ejecución de programas de acciones afirmativas, que contribuyan a la atención inmediata en salud y en estrategias sociales, que respondan a las características culturales diferenciadas para evitar el contagio masivo y la expansión del virus en sus territorios. Por ello, es clave fomentar la participación social y las alianzas con sus organizaciones, asegurando la representatividad de las mujeres, los hombres, los adolescentes y jóvenes en relación con el desarrollo de acciones en el marco de la COVID-19. Así mismo, el Gobierno Nacional y Local deben impulsar espacios de diálogo, no solo para abordar los efectos de la COVID-19 de forma puntual, sino también para abordar la post-pandemia, donde habrá que incidir en la recuperación económica y social de la población.
La conversación está abierta, conversemos
Colombia…. |
Referencias
- Banco Mundial. (2018). Afrodescendientes en América Latina: Hacia un marco de inclusión
- Departamento Administrativo Nacional de Estadística. (2019). Bases del Plan Nacional Desarrollo
- Instituto Ethos de Empresas y Responsabilidad Social. (2016). Perfil social, racial y de género de las 500 empresas más grandes de Brasil y sus acciones afirmativas – encuesta 2015
*Magister en Gestión y Evaluación de Proyectos, Especialista en Cooperación Internacional y Gestión de Proyectos de Desarrollo, Economista y Licenciado en Educación. Actualmente es Consejero Nacional de Planeación en representación de la Población Negra, Afrocolombiana y Palenquera.
*Las opiniones aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden o no coincidir con las de este medio de comunicación.
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