jueves, 4 de noviembre de 2021

Renuncia de PIEDAD CORDOBA a Partido Liberal

Medellín, 3 de noviembre de 2021

 

Doctor

CESAR GAVIRIA TRUJILLO

Jefe Único Partido Liberal Colombiano

 

Atento saludo.

Por medio de la presente carta abierta al pueblo colombiano, formalizo mi retiro de filas del Partido Liberal que Ud dirige. No renuncio al pensamiento liberal ni a la tradición liberal de Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliecer Gaitán y Guadalupe Salcedo de la que me siento orgullosa, pero si ratifico ante Ud, ante la actual dirección y ante el pueblo liberal, que no quiero ser contada dentro del registro de afiliados de la estructura que ha convertido la personería jurídica del liberalismo en una auténtica funeraria política. No estoy para ser contada entre los que entierren a un Partido que me permitió hacer política con la voz de las mujeres y los negros,  y que tanto ha representado para los anhelos de cambios sociales en Colombia.

Valga aclarar que no he ocupado cargo en corporaciones públicas desde que fui destituida irregularmente por el Procurador General Alejandro Ordoñez en el año 2010, sanción injusta que Ud como presidente no tuvo el valor de combatir aun cuando se trataba de una curul del Partido Liberal. Tampoco hago parte de la Dirección Nacional Liberal desde 2004, luego de que como co-presidenta logré la más amplia participación democrática en las elecciones internas, e hicimos avanzar al Partido hacia una política de coaliciones democráticas y de férrea oposición al proyecto uribista, cuando muchos de los que hoy posan de sus contradictores todavía lo aplaudían. Así que es claro que no estoy incursa en ninguno de los causales posibles de doble militancia señalados en el artículo 2 de la Ley 1475 de 2011, pero es mi deseo en medio de este momento de inflexión histórica, como es de público conocimiento, continuar mi carrera política con los ideales liberales dentro del Pacto Histórico, no sin antes convocar al pueblo de Gaitán para que nos acompañe en esta gesta, dejando claras las motivaciones que obligaron mi retiro de filas desde hace años, pero que hoy requieren ser expuestas.

No soy yo la que me retiro del liberalismo colombiano. Ud retiró al Partido Liberal de la vida política de Colombia. No puedo militar en un cadáver insepulto. Ud enterró 150 años de historia con su desastrosa gestión que se ha hecho además sempiterna. Balanceemos presidente Gaviria sus casi 15 años en cabeza del Partido Liberal en propia persona o en cuerpo ajeno. Paupérrima votación con candidatos propios en 2010 y 2018, mientras se endosó la candidatura en 2014 a uno de los más fuertes contradictores del último gobierno del liberalismo, a cambio de mermelada. Es hora de recordarle que Ud también es artífice del gobierno catástrofe de Iván Duque cuando sediento de burocracia llamó ilusionado a votar por el Centro Democrático en segunda vuelta. Pero a quienes traicionan sus ideales, la política les paga con la misma moneda del timo.

Gracias a su jefatura, en las elecciones parlamentarias el liberalismo obtiene menos congresistas cada cuatro años, y no logra ganar una alcaldía propia en ninguna de las grandes capitales. El Partido Liberal de Gaitán y Echandía, ha quedado relegado a una famiempresa de embajadas, direcciones de planeación y protección judicial. Una manzanilla tan burda que haría ruborizar al mismísimo Turbay Ayala. Pero Ud, presidente Gaviria lo ha conseguido, superar el conservadurismo y el clientelismo de ese mal presidente liberal.

Pero no es solo su funesta jefatura con la ausencia de garantías democráticas para la participación y la decisión dentro del Partido. Purga tras purga, se convirtió en emperador omnímodo de un cascarón vacío. Mientras tanto, el pueblo liberal, el que salió a protestar desde abril no lo reconoce a Ud, ni a su bancada como voceros de sus intereses. Cuánta falta le hace no solo al liberalismo sino al país en su conjunto que tras treinta años Ud se haga la autocrítica y reconozca que la invitación de su gobierno de Bienvenidos al Futuro fue una falacia. Mientras esto no suceda presidente Gaviria, Ud no solo es un lastre insostenible para el Partido Liberal, sino lo seguirá juzgando la historia como el impulsor del modelo neoliberal que hoy se repudia en las calles. Deslaboralización, desempleo, privatizaciones y miseria. La salud y la educación como mercancías, mientras la economía sigue sin encontrar su rumbo tras tres décadas de apertura económica, pérdida de la soberanía alimentaria, del tejido industrial básico, de la banca de fomento, mientras crece la deuda pública y  un gasto militar exorbitado que Ud inició cuando declaró la guerra integral y prometió con su Mindefensa Rafael Pardo acabar con las guerrillas en 18 meses. A nombre de tantos jóvenes liberales que desde las regiones lo elegimos presidente en 1990 y que fuimos defraudados en nuestros sueños, aquí quien debiera renunciar al Partido Liberal es Ud.

Yo sigo creyendo en la Revolución en Marcha de López Pumarejo, que tristemente no ha podido desarrollarse a casi 90 años de su propuesta. Reivindico la validez de varias de las iniciativas de desarrollo nacional de Lleras Restrepo, prontamente abortadas en el gobierno de Pastrana Borrero. Pero de lo que no podemos rescatar hoy nada, es del modelo neoliberal del que fuese inspirador desde cuando cogobernaba en la presidencia de Barco. Acierta Gustavo Petro al vincular en su propuesta programática del Pacto Histórico el acervo democrático del liberalismo, algo que lamentablemente no se puede decir de la inexistente candidatura liberal para el 2022.

A siete meses de la primera vuelta el Partido Liberal solo tiene definido su bolígrafo para escoger su candidatura o su aval a la presidencia. No hay consulta interna ni abierta. No hay precandidatos y difícil que los haya dentro de la pálida gestión parlamentaria del liberalismo en el actual periodo legislativo. No hay mayor discusión programática. Solo se asoma su enésimo intento por colgarse a un supuesto caballo ganador, siempre y cuando venga de la derecha, cuando el país exige a las y los liberales no permanecer impávidos ante la posibilidad de un nuevo triunfo del proyecto autoritario de la ultraderecha. Contrariando a su lema de campaña de hace 30 años, con Gaviria no hay futuro, ni para el verdadero liberalismo, ni para el pueblo colombiano.

Por todo lo anterior, amparada en el artículo nuevo de Renuncia a la Militancia, introducido en los estatutos en la II Constituyente Liberal de 2011, quiero ratificar que desde hace mucho tiempo ya no pertenezco a su misma agrupación política, para lo que pido desarrollar los trámites de rigor. Manifiesto libre y voluntariamente que continuaré con mi proceso de reagrupamiento de bases liberales y sectores democráticos en Poder Ciudadano, vinculado al Pacto Histórico, pero no en la estructura del Partido Liberal que Ud preside.

Llego al Pacto Histórico entonando orgullosa la tercera estrofa de nuestro himno, que quizás Ud no recuerde, pero claramente nunca la ha enarbolado:

“A la carga vamos, Que Colombia espera, Juramos servirla Con fe y con valor. En nosotros crece La futura patria, Ni más grande orgullo Que ser liberal. Unidos haremos La revolución.”

 

Sin más particular,

PIEDAD ESNEDA CÓRDDOBA RUIZ

1. ANTECEDENTES DE LA PARTICIPACION POLITICA DEL PUEBLO NEGRO, AFRODESCENDIENTE, RAIZAL Y PALENQUERO DE COLOMBIA

El pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero siempre ha sido excluido y marginado del poder político, en todos los niveles y esferas de la sociedad nacional. La carencia de poder político popular la ha hecho víctima cotidiana del poder de la oligarquía dominante.[1]

La carencia de poder político y social como resultado directo de la debilidad organizativa e ideológica de la población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera ha limitado sus posibilidades de desarrollo dentro de la Nación y le impide explotar eficientemente los recursos naturales de sus territorios, dignificar sus condiciones de vida, participar autónomamente en la toma de decisiones políticas y en la determinación de su destino y los destinos nacionales. La carencia de organización como fuente del poder político popular ha impedido a este pueblo afrodescendiente defender sus derechos ante el atropello de las compañías privadas nacionales y extranjeras. El marco de esta exclusión ha sido la inexistencia de la igualdad de oportunidades para la participación democrática del pueblo dentro de la vieja política de la sociedad colombiana. El pueblo ha sido víctima de la explotación y dominación de una élite que sólo actúa y piensa en función de sus privilegios e intereses dominantes.

La lucha por crear y conquistar poder político para el pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero, debe constituir una táctica y estrategia, un objetivo concreto en todo lo cotidiano y un objetivo general que nos guíe a largo plazo. En esta lucha por el poder debemos actuar en unidad con todos los demás sectores populares que comparten nuestras aspiraciones, pero siempre luchando por llegar y permanecer en igualdad de condiciones, en el control de todas las formas de poder político popular que nos sea posible conquistar desde la junta comunal barrial hasta el sindicato y la corporación política. El poder como tarea permanente, como objetivo supremo a alcanzar en todos los niveles y en todas las esferas sociales, comenzando por las formas organizativas de la comunidad en el barrio, el municipio, el departamento y la Nación.

Conquistar poder político popular para el pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero con base en la construcción y el control de la organización en todos los sentidos, se debe convertir para la juventud afrodescendiente en apuesta permanente y sistemática. Poder económico, a través de la búsqueda de la independencia económica individual y la organización empresarial económica para la autogestión comunitaria; poder social a través del control administrativo y de la iniciativa en las organizaciones sociales; poder político a través de la creación de alternativas para la participación política independiente, y poder cultural para recuperar y dinamizar nuestra identidad afrocolombiana, negra, raizal y palenquera,  conquistar poder en la educación para promover la etnoeducación y la catedra afrodescendiente y en las institu­ciones culturales para darle libertad y creatividad a nuestra identidad.

En niveles generales y nacionales la tarea de conquistar respeto y representación afectiva popular nos lleva a luchar por conquistar poder político en la vida política nacional, poder político étnico para influir en las decisiones del gobierno y las instituciones estatales, poder político popular para ponerlo al servicio y en  representación de todo el pueblo colombiano. La lucha por conquistar poder político debe responder a la altruista aspiración de la juventud afrodescendiente ante la pregunta: ¿Qué puede hacer el pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero organizado por todo el pueblo colombiano? La conquista de poder popular está ligada a la conquista de mejores condiciones de vida y voluntad política para llevar los programas de desarrollo social y los presupuestos hacia el pueblo afrodescendiente y los pueblos marginados.

Todos los jóvenes negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros deben tener conciencia de esta gran tarea. Conquistar y construir poder popular, luchar por la democracia local y nacional, son dos objetivos concretos y a la vez grandes propósitos de la lucha organizativa y política afrodescendiente colombiana. Sin democracia que garantice pluralismo, igualdad de oportunidades, igualdad de participación y ascenso social, será imposible superar la exclusión, la desigualdad en las condiciones de vida, la desigualdad en la competencia por las oportunidades de empleo, y la discriminación racista que nos hace víctimas dentro de la sociedad colombiana.

El pueblo negro, afrodescendiente, raizal y palenquero necesita construir y conquistar poder político étnico cuyas bases son la organización étnica, la conciencia sobre la identidad étnica, la educación y la unidad social y política. Así podremos influir positivamente en el presente y futuro de las generaciones por venir.

 

El proceso de construcción del Partido Político Afrocolombiano, Negro, Raizal y Palenquero[2]

El pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero, acatando el llamado de Jorge Eliécer Gaitán, debe comprender y asumir que nuestros intereses históricos, económicos y políticos son contrarios a los intereses de las familias dueñas de los partidos políticos, que nos han utilizado durante la historia nacional.

Un partido político es la organización de una clase o un grupo social para defender sus intereses desde el Estado, gobernando. Cada partido tiene sus dueños, que son familias y jefes con nombres propios. Como pueblo no hemos tenido lugar en el pensamiento y la vida de los partidos colombianos, cuando fueron fundados el Liberal y el Conservador, las personas africanas eran sus propiedades, sus bienes muebles, sus esclavos, cuando en 1942 se universalizo el voto para los hombres, los hombres negros, los “ex – esclavos” fueron chantajeados para votar por sus antiguos amos liberales y conservadores, sin saber eso que significaa y utilizados en las guerras civiles, donde ellos peleaban por el poder, como soldados carne de cañón.

Hoy el pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero tiene que liberarse de la esclavitud política, las personas descendientes de los y las africanas y que vivieron la esclavización no podemos darle nuestro voto, de nuevo cederles nuestro poder político a los descendientes y herederos de los esclavistas, de los antiguos amos.

El pueblo pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero solo podrá liberarse de la esclavitud política y de la hegemonía racial y social de los descendientes de los esclavistas  si construye su propio partido político, su organización política autónoma donde seamos las propias personas negras las y los dueños de nuestros propios votos, de nuestra propia fuerza electoral que nos visibilice en el Estado, que no permita gobernar y administrar la sociedad, para luchar contra la injusticia, el racismo, la discriminación racial y por un nuevo modelo de sociedad donde quepamos todos y todas sin exclusiones y viviendo en una sociedad democrática.

Las personas descendientes de africanos y africanas en Colombia debemos tener presente que “la gente blancos nos dignaron tanto durante la época de la esclavitud que han conseguido que no sepamos pensar de otra forma que no sea la suya”, ya es el momento de autoliberarnos, de acatar el llamado de Bob Marley cuando nos dice a que “saquemos de nuestra alma la mentalidad de esclavos”  y sembremos en la conciencia de nuestras gentes que “los hombres y mujeres realmente libres construyen su libertad” (Lauraghn).

El pueblo pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero debe dar el salto político, debe liberarse de la esclavitud política. Política significa gobernar, administrar la sociedad, ejercer el poder dentro de la sociedad. Debemos desarrollar la conciencia y la vocación de sujetos políticos, aprender a ser políticos y políticas, a utilizar la política para gobernar y visibilizar a nuestro pueblo por el progreso de nuestras comunidades y del conjunto del país.

El voto significa poder, la fuerza que domina en la “democracia”. Si damos nuestro voto a los partidos que nos dividen e impiden la unidad de nuestras comunidades y de nuestro pueblo, no tendremos presente ni futuro, siempre van a destruir nuestro tejido social y nos van a utilizar como esclavos políticos, chantajeándonos para que vendamos el voto o botemos el voto. El voto es poder, si servimos de escaleras con nuestro voto para que suban los descendientes de los esclavistas, ellos seguirán siempre arriba y nuestro pueblo abajo pisoteados y discriminados, invisibilizados dentro del Estado y maltratados en las diversas esferas sociales.

El proceso de construcción de nuestro proyecto de empoderamiento político y construcción del partido político negro, afrocolombiano, raizal y palenquero, debemos comenzar con la conquista de las curules étnicas para este pueblo por circunscripción especial, estas curules son una ventaja que nos otorga el sistema para que el pueblo construyamos nuestro propio proyecto político, y un partido, que le permita unir a través del voto ,consciente y responsable, a las personas negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras junto a las personas empobrecidas de Colombia, que a los siguientes años, si se han formado los líderes y lideresas comunitarias y hemos promovido un gran programa social, podamos llegar con nuestra propia fuerza electoral a los espacios democráticos territoriales y nacionales así como a las alcaldías, gobernaciones y a la Presidencia de la República.  El partido negro, afrocolombiano, raizal y palenquero debe luchar por una Colombia donde quepamos todos y todas, sin racismo ni discriminaciones.  

 



[1] Juan de Dios Mosquera Mosquera. Director Movimiento Nacional Cimarron. Organización que desde 1982, promueve la defensa y el ejercicio de los derechos humanos y étnicos de la población afrocolombiana.

[2] José Eulícer Mosquera Rentería


Propuesta Politica MSA. ENFOQUES

ENFOQUES 

ENFOQUE PSICOESPIRITUAL[1]La fuerza espiritual de este enfoque psicoespiritual tiene sus orígenes en las raíces africanas que nos convocan y nos brindan sus principios como elemento de poder reparador y sanador. Con el enfoque psicoespiritual continuamos el camino, esta vez con la fuerza de las Diosas y Dioses africanos que desde el proceso libertario han acompañado a nuestras ancestras y ancestros. Nuestros Orishas han dejado el camino preparado y reparado para que hoy después de muchos años viviendo con una espiritualidad ajena, volvamos al seno de la madre que nos parió y nos vio nacer.  Volver al seno materno es volver por el calostro, volver al agua de socorro, al baño del amor, en compañía de nuestro poder espiritual con raíces africanas, porque volver al seno de la Madre, es volver al camino sin atajos. El enfoque psicoespiritual tendrá tres elementos importantes a saber: la medicina ancestral como camino, el regreso al camino de la matriz sembrada y ombligar el saber espiritual con el poder político.  

ENFOQUE DE GÉNERO. El Género como herramienta y categoría de análisis, nos mueve a analizar las relaciones producidas bajo un sistema de poder que define condiciones sociales distintas para mujeres y hombres en razón de su sexo y roles asignados culturalmente, es decir asigna un lugar social como seres subordinados a (las primeras) y seres con poder a (los segundos) sobre los principales recursos del universo. 

El enfoque de Género pone en evidencia las inequidades existentes y permite explicar las condiciones históricas de desigualdad entre mujeres, hombres y otras identidades que se desconoce o se excluyen y expulsan volviéndolas carentes de poder e identidad.

La ideología de poder que sustenta estas construcciones culturales y sociales se denomina Patriarcado. Y uno de sus sustentos es la división sexual del trabajo y asigna menor valor a todo aquello que transcurre en el ámbito de la reproducción biológica y mayor valoración a todo aquello se desarrolle en el ámbito de reproducción social, determinando así lo importante, lo urgente y lo aceptable o no en su lógica de dominación.  

ENFOQUE ANTIRRACISTA: El antirracismo, es una apuesta social y política que busca hacer evidente la existencia del racismo como sistema de opresión moderno, para actuar sobre él y transformarlo; de hecho, “no es posible una acción antirracista que no esté comprometida con una defensa radical de la justicia y de la equidad (Gilroy, 1990; Berman y Paradies, 2010).

Cuando hablamos de Enfoque antirracista, nos referimos a fundamentos, métodos y posición crítica que evidencia, analiza, y actúa para transformar la ideología, patrones, discurso y acciones que justifican y perpetúan relaciones de poder que distinguen entre seres racializados superiores y seres racializados inferiores. En este sentido, el enfoque antirracista requiere comprender los contextos históricos que van redefiniendo el racismo en el marco de las redefiniciones de las relaciones de poder que sostienen la desigualdad, la discriminación, la exclusión y negación de unos seres sobre otros, por lo que el enfoque antirracista debe interrelacionarse con la antidiscriminación y opresión en todas sus formas.[2]

Con este enfoque protegemos de manera específica a las personas y pueblos que han sido afectados históricamente por los sistemas de opresión, exclusión y expulsión racista. Para el caso colombiano protegerá la dignidad humana del pueblo negro, afrodescendiente, palenquero y raizal visibilizando y denunciando el racismo y sus expresiones recreadas desde la colonización hasta hoy.

       ENFOQUE ETNODIFERENCIAL: El principio de enfoque diferencial reconoce que hay poblaciones con características particulares en razón de su edad, género, orientación sexual, situación de discapacidad, ciclo de vida, contexto social, contexto psicosocial y condición étnica. Por tal razón,  se hace necesario que el enfoque étnico se mantenga siempre  en las decisiones, no solo en desarrollo de políticas públicas, sino en el desarrollo de la participación politica de estas comunidades, garantizando una efectiva participación, financiación estatal de campañas y garantías de seguridad para su  regular ejercicio. 

[1] Propuesta del documento de reintegración y reincorporación social y económica con enfoque diferencial étnico y de género y su instrumento normativo para los pueblos negros, afrocolombianos, raizal y palenquero. 2020

[2] Ver cita 1

Propuesta Politica MSA. PRINCIPIOS

PRINCIPIOS

IDENTIDAD. Es el reconocimiento del ser Negro desde su cosmovisión, usos y costumbres ancestrales como pueblo  étnico en Colombia. La identidad se la vive como reafirmación étnico-cultural en lo individual y en lo colectivo. Se manifiesta en el sentido de pertenencia a una historia, a un origen y unas prácticas de vida heredadas de generación en generación a través de la tradición oral. Por esta razón la identidad es la comunión del ser negro con sus tradiciones, con la forma de convivencia armónica con la naturaleza, con los mandatos ancestrales y con un proyecto político-organizativo liberador

AUTONOMÍA: entendida como la capacidad política y el derecho del pueblo negro, afrodescendiente, raizal y palenquero a reconocerse como pueblo étnico para decidir, orientar y desarrollar su propio proyecto de sociedad, basado en sus intereses como cultura diferenciada del resto de los colombianos. La autonomía comporta mayoría de edad en la toma de las decisiones que afectan nuestra vida y eleva autovaloración de un pueblo históricamente marginado. A la base de este principio se haya la posibilidad de autodeterminación como ejercicio del ser negro y se constituye el sueño de recuperar las nacionalidades culturales de las comunidades que conforman este pueblo  étnico de este país.

TERRITORIALIDAD: en la visión del pueblo negro, afrodescendiente, raizal y palenquero, el territorio es algo más que la tierra donde se cultiva. Es más bien un espacio de vida donde se construye y se reconstruye la cultura y donde se crean tradiciones de convivencia entre los seres humanos y entre estos con la naturaleza. El territorio es en realidad un espacio para ser. Por ello, es sagrado, ya que en él se encuentran los antepasados en forma de memoria colectiva dictando las pautas de comportamiento social a través de los mitos y leyendas. El territorio es también espacio biofísico donde se establecen o se desarrollan relaciones de pertenencia, parentesco y espiritualidad. Pero la ocupación de estos espacios tiene una dimensión histórica, sociopolítica y cultural.

PARTICIPACIÓN: la participación es un principio, un derecho y un deber. Como principio es la posibilidad del ejercicio del Ser. Es decir, la capacidad de expresarse y de incidir en las decisiones que nos afectan como pueblo. Como derecho y como deber está consagrada en la constitución política y las leyes del Estado colombiano y desde luego también en los derechos colectivos en el marco del derecho internacional.

Ser participe es una expresión de vida y la posibilidad de defensa de la misma. Sin participación no tendremos reconocimiento y sin reconocimiento es como si nuestro pueblo no existiera.

VIVIR SABROSO: vivir sabroso se concibe como la capacidad del pueblo negro, afrodescendiente, raizal y palenquero para alcanzar un crecimiento humano en armonía con el entorno natural y el respeto de los mandatos ancestrales sobre la producción económica, las creencias, la convivencia, los servicios básicos, los valores humanos, etc. Es decir, el Vivir Sabroso es la cosmovisión de nuestro plan de vida, la autonomía alimentaria y la soberanía territorial, cuyos ejes articuladores son la cultura propia, las prácticas colectivas de vida, el autogobierno en los territorios y agroecología.

ACCIÓN SIN DAÑO. Este principio propende por el respeto total y absoluto de los preceptos ancestrales que sustentan el imaginario cultural del pueblo negro, afrodescendiente, raizal y palenquero. En este sentido, busca que la implementación de las políticas, programas y proyectos del plan no surtirán efectos adversos de tipo social, individual o territorial.               

30 años de ley 70 y retos del movimiento afrocolombiano

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